Iniciando 2019 me gustaría hacer balance del año que se va y dar unas pinceladas sobre el que comienza. En primer lugar, el 2018 ha sido el año de la demostración de que ALCAMAR® está preparada para el futuro gracias a la estructura montada y al trabajo que día a día realizamos todos los que formamos parte de ella.
Mis contratiempos de salud han contribuido a esa consolidación, más allá del esfuerzo que he tenido que hacer para vencer los obstáculos que se me han ido planteando desde febrero de 2018, y que confío queden superados una vez me recupere de la reciente intervención y termine la rehabilitación a finales de febrero 2019.
Quiero agradecer a todos, pero especialmente al personal procedente de Baesa, el esfuerzo para consolidar una integración total que yo calificaría de modélica, sobre todo por el escaso tiempo en el que se ha producido.
Además, durante el año, integramos fiscalmente Baesa en ALCAMAR®, tras una negociación final con Bergé, a raíz de la frustrada representación de CAT, por los movimientos que derivaron en el abandono por parte de esta última compañía del negocio de Manutención.
También este año, se ha producido la conversión de ALCAMAR® en S.L., adaptándonos a la realidad societaria, y que nos ha producido algún quebradero de cabeza, por la burocracia administrativa que conlleva. En el ejercicio entrante, FICARA® pasará a transformarse igualmente en S.L.
En el apartado de crecimiento, tanto FICARA® como ALCAMAR®, van a superar con creces la facturación de años anteriores, pero con la misma tendencia generalizada de las empresas de España, de mantenimiento o descenso porcentual del margen de beneficios. Esta tendencia, que se inició con la crisis de 2008, lejos de recuperarse augura momentos con nubarrones para el futuro. No es exagerado decir que las empresas sostienen la economía del país.
Creo que, aunque nosotros estemos al margen de las reclamaciones que los agentes sociales piden abiertamente, muchas pequeñas empresas sufrirán en el futuro parte de las decisiones que sin contar con ellas se están tomando a nivel general. Puedo asegurar que estamos al margen del debate social sobre “precariedad laboral”, “igualdad de género”, “conciliación familiar”, “sueldos de miseria”, etc.
Podemos presumir que, en nuestra empresa, TODO el personal tiene contrato indefinido. Las mujeres y hombres de la empresa tienen sueldos acordes a su responsabilidad, sin distinción de género, no existe paridad en número de empleados entre sexos, porque, por desgracia, es imposible encontrar mujeres “técnicos” a pesar de que, en los anuncios de búsqueda de personal, indicamos claramente la indiferencia de género para el puesto. La creación del comité de igualdad, comprometido para este año 2019, velará por que la igualdad entre géneros sea total y todos debemos colaborar en que así sea.
En cuanto a los sueldos, el mínimo en la empresa, está aproximadamente en el doble del salario mínimo interprofesional actual. Respecto a la conciliación laboral, que los expertos cifran en las 18 h, tenemos que decir que, en el caso más desfavorable, los horarios no superan las 18h 30 de salida. Estos logros, sumados a otros como la participación de todo el personal en la toma de decisiones a través de diferentes comités, portal de empleado como canalizador de iniciativas, comunicación directa con la gerencia, flexibilidad vacacional y permisos, horarios especiales de maternidad/paternidad, etc. deben hacernos sentir orgullosos de la pertenencia a un Grupo así. Pero por desgracia, no siempre somos conscientes de lo que tenemos. A veces han de ser los compañeros que se incorporan a la empresa quienes nos lo hacen ver. Incluso desde fuera, sorprende la imagen extraordinaria que tienen sobre nosotros, muy por encima de la autoestima que tenemos nosotros mismos.
Nuestro Grupo, es un poco como España, compuesto de autóctonos e inmigrantes, jóvenes de primera ocupación y adultos cercanos a la jubilación, mujeres y hombres, y todos armonizados por unos criterios de igualdad general.
En 2019 ALCAMAR® cumple 50 años, cifra difícil de conseguir, en plena expansión. Estoy seguro que pondremos el acento en esta efeméride, apoyando iniciativas y aportando ideas para hacer entre todos el mejor año de nuestra historia.
Esta historia que nos toca protagonizar, es el resultado de la aportación de muchos otros compañeros que, a lo largo de este periodo, ha pasado por nuestra empresa. Me ilusiona ver el aumento de empleados que hemos tenido este año, y la ilusión que transmiten, como muchos de vosotros hicisteis en su día. Si tuviera que definir el estado perfecto para combinar trabajo y tensión, sería: “dar el máximo esfuerzo, con el mínimo estrés”.
Las diferentes etapas de nuestra trayectoria como empresa, las podríamos comparar con la vida de una persona: fuimos niños, pasamos una adolescencia y hoy alcanzamos la madurez. Y es imposible querer seguir en esa etapa de inmadurez adolescente, donde éramos apenas 25 compañeros a lo sumo. Hoy somos 80 personas y a pesar de querer mantener el espíritu de cercanía y humanidad en las relaciones personales/profesionales, es evidente que el tiempo de dedicación que puedo dedicar a cada uno es infinitamente menor que antes. Aun así, siempre tengo y tendré tiempo para un café y una charla con quien lo necesite.
Evidentemente ese tiempo del que hablo, se ha visto mermado por mis dificultades físicas en este año 2018. He intentado trasmitir a todos que a veces las dificultades, en este caso de salud, son una oportunidad para esforzarse más en superarlas e intentar, lejos de preocupar o amargar a quienes te rodean, hacer su vida más fácil y trasmitir ilusión y esperanza.
Nada más, solo agradecer a todos el esfuerzo empleado y pediros aumentarlo para el difícil pero esperanzador año venidero. Que penséis si no merece la pena dar todo lo mejor de nosotros mismos en un proyecto común, donde el protagonismo es de cada uno de manera individual y también colectivo con la suma del de todos.
La empresa será lo que vosotros queráis que sea, en vuestras manos está el futuro profesional de la misma. ¡Bienvenido 2019!